28 marzo, 2024
Internacionales

El discurso en lenguaje de señas de la Primera Dama de Brasil

Michelle Bolsonaro quebró el protocolo de la investidura presidencial el 1 de enero, con el discurso de agradecimiento que ofreció en lengua de señas.

Discreta y de fuertes convicciones religiosas, la primera dama de Brasil se ha mantenido siempre en un segundo plano, pero está dispuesta a atender “el mayor número posible” de programas sociales del Gobierno que desde este martes comanda su marido, el presidente Jair Bolsonaro, que tomó posesión de su cargo este martes.

Pero el primer gesto de Michelle Bolsonaro como primera dama fue saltarse el protocolo e intervenir en la toma de posesión de su marido incluso antes que él para dirigirse a los brasileños en lengua de signos, algo que en campaña ya había hecho. Aprendió ese lenguaje incentivada por su madrastra y todos los domingos, actúa como traductora de los cultos evangélicos de la Iglesia Batista Atitude, en la zona oeste de la capital fluminense, para fieles sordomudos.

Con pocas apariciones públicas, incluso durante la campaña electoral, Michelle de Paula Firmo Reinaldo, de 38 años, se ha mantenido alejada de la línea de frente de la política y comparte su tiempo entre el cuidado de sus dos hijas y las labores sociales que realiza en la iglesia evangélica que frecuenta.

Los amigos cercanos de la familia Bolsonaro aseguran que la “humildad” y su “vocación” para “extender la mano al prójimo” siempre han formado parte del día a día de la tercera esposa del ahora jefe de Estado, quien comenzó como vendedora en un supermercado en la periferia de la capital federal Brasilia.

Fue en esa empobrecida ciudad donde Michelle escuchó su “llamado” para dedicarse a proyectos sociales y se convirtió en una asidua asistente a los cultos de una pequeña iglesia Adventista de la región. Asimismo, se involucró en intensas labores para la visibilidad y la mejora de la calidad de vida de las personas con discapacidad.

De cuna humilde, fue la primera de los tres hermanos en independizarse financieramente al conseguir trabajos como vendedora en un supermercado y pequeños servicios en una empresa de animación de fiestas infantiles.

Cuando tenía 27 años dio un paso adelante y logró un puesto en elCongreso como secretaria. Allí conoció en 2007 al diputado Jair Bolsonaro , 25 años mayor que ella, y quien se convertiría en su esposo.