24 abril, 2024
Tecnología

Probamos el Mate 30 Pro, la prueba del algodón a Huawei en la era Trump y sin Google

Huawei convocó a los medios en Múnich para la renovación de su línea más enfocada al rendimiento, productividad y, ahora también, la fotografía y la ‘videografía’. Llegan con el último hardware disponible de la marca, pero una sombra mucho más alargada se cierne sobre un apartado hasta ahora relativamente secundario: su software.

En corto, Huawei no tiene los permisos necesarios por parte de la Administración estadounidense para hacer llegar los servicios y aplicaciones de Google de serie junto al dispositivo, por lo que de origen no están ni Google Play ni compatibilidad garantizada con buena parte de las apps desarrolladas para esta tienda y de uso en mayoritario fuera de China.

La que fue la serie más grande de la marca e instigadora de la era phablet ya no lo es tanto. El Mate 30 Pro no es un dispositivo más bien estilizado que se mantiene en las 6,5 pulgadas de diagonal de pantalla. Esta, que renueva en el OLED flexible, cayendo hacia sus laterales como el reciente Vivo NEX 3 y abrazando el terminal con lo que Huawei llama Horizon display.

La curvatura de bordes extrema hace que el frontal de la pantalla sea más llamativo que nunca, permitiendo incluso visualizar los brillantes colores de su pantalla desde una posición totalmente perpendicular. No obstante, genera fuertes dudas y confronta la necesidad de impresionar con los principios básicos de usabilidad. Tanto que pierde, como consecuencia, sus teclas de volumen y deja en una posición escorada el botón de bloqueo.

Slider de volumen en el Huawei Mate 30 Pro
La utilidad de esta curvatura es, a fin de cuentas, muy limitada. Huawei incide en que se ha trabajado en el desarrollo táctil de esta parte de la pantalla para evitar toques fantasma. Un ejemplo claro de que todavía hay trabajo por hacer es la gestión del volumen que, en una de estas primeras unidades, se hacía difícil de habilitar. Doble tap en en lateral y aparece –en teoría– un deslizable para subir o bajar el volumen y que será, si nada cambia, el origen de la frustración de muchos.

A pesar de contar con sensor de huellas dactilares bajo la pantalla, el Mate 30 Pro repite con un notch protagonista en su pantalla. Lo hace, no obstante, manteniendo todo el hardware y sensores de identificación biométrica en 3D en un formato a la vista más ligero y menor.

Por alguna razón, Huawei da un paso atrás en cuanto a la resolución de su pantalla. El antecesor ya contaba con un panel OLED en QHD+ o 1440p, pero ahora se reduce a un equivalente al FullHD+ o 1080p. No es algo que deba preocupar en exceso, pero se agradece ese extra de resolución que proporciona en estos formatos generosos un extra de nitidez. Y digo equivalente, puesto que el formato de la pantalla del Mate 30 Pro es un inusual 18,4:9 –o 1176p–, que sería más achatado que los terminales más recientes de no ser porque parte de este extra lateral va dedicado a replegarse más allá de los bordes.

Colores del Huawei Mate 30 Pro
El otro aspecto también llamativo de su diseño es su parte trasera, que olvida el módulo de cámara cuadrado estrenado en el Mate 20 Pro por uno circular y que se pasa, especialmente en las ediciones Space Silver y negra, en el nuevo diseño circular a un homenaje a las cámaras compactas y sobre cuyo ataúd pone este nuevo smartphone un clavo más y una necesidad menos.

Videografía, a cámara lenta
Cámaras del Huawei Mate 30 Pro
El Mate 30 Pro recoge buena parte de las novedades del Huawei P30 Pro. Lo hace, no obstante, sobre los esquemas fotográficos que vimos en el pasado Mate. Nada de zoom óptico con sistema a lo periscopio de 5 aumentos. A cambio se introduce el sensor de 40 MP y gran formato y 1/1,7 pulgadas con matriz RYYB en formato 4:3 y uno todavía mayor que este para el ultra gran angular, de 1/1,54 pulgadas y en formato 3:2 –más alargado– que tendrá enormes implicaciones, especialmente, en el apartado de vídeo y con baja luz.

Sensores de la cámara del Huawei Mate 30 Pro
Cuadran el círculo el zoom óptico de tres aumentos que ya ha mostrado anteriormente Huawei, además de un sensor 3D no especialmente detallado –podría ser ToF, pero no ha sido confirmado–. Afectará a todos los sensores, pero realmente donde pesará más la introducción del nuevo ISP que llega con el Kirin 990, que podrá procesar las nuevas imágenes con capacidades extra, es en los no renovados.

Huawei se comparaba con algunos de los smartphones de referencia en la gama alta, especialmente con el Galaxy Note 10+, en términos de sensibilidad fotográfica y de vídeo. Como muestra, buena parte de los terminales de gama alta alcanzan cifras de ISO del orden de 3.200. El P30 Pro disparaba este dato hasta los 409.600, que se mantienen, y ahora el Mate 30 Pro lo amplía hasta ISO 51.200 en el apartado de vídeo gracias a este nuevo sensor al que llaman Cine Camera y que promete trasladar parte de la visión nocturna de la última generación de smartphones también al vídeo.

Pero uno de los grandes estrellas del nuevo terminal es la grabación de vídeo a cámara súper lenta. En este modo, el Huawei Mate 30 Pro alcanza los 7680 fotogramas por segundo. O lo que es lo mismo, ralentizado hasta 256 veces sobre la realidad. Algunos detalles sobre este modo:

Aunque Huawei no dio el dato durante la presentación, la generación de clips a velocidad máxima es a una más que correcta resolución 720p.

El modo de grabación por defecto es a 1920 fps (x64), el doble de las mejores cifras de la industria hasta ahora, donde se encuentran Samsung y Sony, cuya limitación es puramente de ancho de banda al escribir en memoria tanta información.

El tiempo se detiene
La grabación del clip comienza de forma automática con el movimiento, y lo detecta bien. De otra forma, unos pocos segundos de vídeo equivaldrían a decenas de minutos. Se acumula rápidamente un clip de unos 30 segundos donde, dependiendo de la escena y la velocidad escogida, el tiempo se detiene.

Tras la grabación, hay que esperar unos segundos a que el archivo termine de procesarse. Aquí es donde probablemente entra la magia de Huawei, que aunque no lo detalla. Por tanto, hay varias opciones: que haya un reescalado, que se realice una interpolación de frames, que la mejora sea nativa, o todas las anteriores.

Aunque no estaba permitido sacar intercambiar archivos en el terminal de pruebas, sí pude probarlo y ciertamente la calidad es impresionante si la iluminación acompaña. Un ejemplo de la zona demo que tenían preparada tras la presentación.